POR José Luis Durán King
A los 22 años, Giuseppe Tartini tuvo un sueño en el que prestó su violín al Diablo. Resulta que el Último de los Rebeldes no sólo conocía más trucos que Tartini sino que tocó como el músico nunca había escuchado tocar a nadie
Se llama Sonata para violín en sol menor, pero los que la conocen saben que se trata de “El trino del Diablo”, que el violinista y compositor italiano Giuseppe Tartini (abril 8, 1692 – febrero 26, 1770) compuso después de soñar que hacía un pacto con el Maligno una noche de 1713. Muchos músicos creen que el pacto fue real dada la exigencia técnica en su interpretación de violín, acompañado por un bajo continuo.
La obra de Tartini consta de cuatro movimientos, el último de ellos es el que ha dado fama a esta sonata, pues contiene el trino* que el violinista debe interpretar, al tiempo que lleva una melodía en las cuerdas restantes.
En 1992, el autor e historiador español Carlos Fisas dio a conocer una versión del relato del célebre sueño de Tartini. Narra que durante una conversación de Tartini con José Lalande, “el más grande astrónomo de su tiempo”, éste le expresa la suerte que ambos tienen de vivir en el siglo XVIII, “libres de todas las supersticiones y pseudocreencias, dando crédito solamente a nuestros ojos y a nuestros cerebros! Pasaron los días de magia y brujería, de ángeles y diablos…”
Intrigado por el comentario, Tartini pregunta: “¿Así que no creéis en el Diablo, Lalande”. El astrónomo, sonriente, responde: “No, ciertamente”. Tartini vuelve a la carga y señala que él no solamente cree sino que ha comprobado la existencia del Último de los Rebeldes, pues le ayudó a realizar su obra de mayor éxito: “El trino del Diablo”.
Le cuenta el sueño que tuvo a los 22 años, en el que pacta con el Diablo, quien, a cambio del alma del músico acepta ser su criado durante tres años. En su episodio onírico, Tartini se vuelve rico y famoso, aunque también altivo. Así, en un arranque de soberbia, el músico le presta su violín al Diablo y le ordena que toque. “Quiero ver si el Diablo conoce más trucos en el violín que yo: ¡Giuseppe Tartini!”
Resulta que el Diablo no sólo conocía más trucos que Tartini sino que tocó como el músico nunca había escuchado tocar a nadie. Aquella sonata interpretada en un sueño, de tonos salvajes y melancólicos al mismo tiempo, conmovió a Tartini, que despertó, saltó de la cama y empezó a interpretar lo que había escuchado en dedos del Diablo.
Sin embargo, pese a sus esfuerzos, no pudo reconstruir la obra tal como la había escuchado. En un arranque de sinceridad, Tartini dice a su amigo el astrónomo: “‘El trino del Diablo’, la pieza que yo compuse, es infinitamente inferior a la que el diablo tocó para mí durante mi sueño!’”
*“En música se llama trino a la alternancia rápida de dos notas separadas por el intervalo de un tono (de una segunda mayor) o un semitono (una segunda menor)”, explica Wikipedia. La enciclopedia libre.