POR José Luis Durán King
La fotografía de Myra Hindley, mirando detenida y desafiante la lente de la cámara, se convirtió para el público inglés en el símbolo más refinado de la maldad humana y del sexo retorcido
En octubre de 1966, Myra Hindley (Julio 23, 1942- Mánchester, Reino Unido), de 24 años, fue detenida junto con su amante Ian Brady acusada de homicidio. Las fotografías policiales de la pareja ganaron las primeras planas de los periódicos de todo el mundo tras ser arrestados como los sospechosos de asesinar, en orgías de sexo y sangre, a los menores Lesley Ann Downey (10 años), John Kilbride (12), Keith Bennett (12) y Pauline Reade (16), los cuales fueron violados antes de morir. La última víctima, Edward Evans (17), fue sacrificada frente al joven cuñado de Hindley, quien más tarde denunció los hechos a la policía, detonando así la captura de la pareja.
Asesinos de niños han entrado y salido de las cortes británicas, pero la fotografía de Myra Hindley, La Medusa de Cabello Oxigenado, mirando detenida y desafiante la lente de la cámara, se convirtió para el público inglés en el símbolo más refinado de la maldad humana y del sexo retorcido. Aquella imagen contribuyó para que el juicio de Los Asesinos del Páramo se transformara en un caldo de cultivo de odios y repulsión.
Un año antes de la detención de Hindley y Brady, es decir, en 1965, la pena de muerte había sido abolida en Gran Bretaña, por ello los brujos de los pantanos de Saddleworth fueron condenados a cadena perpetua y a partir de 1966 Myra fue la prisionera número 964055 en las instalaciones de máxima seguridad de Chester Assizes. En la imagen que acompaña este texto, Myra Hindley gozaba desenfadadamente los años y la moda que le tocó vivir. Faltaba poco para enfrentar la noche más larga de su vida.
(FOTO: Myra Hindley Death/ WVPhotos)