POR José Luis Durán King
“Es mejor fracasar en el intento de crear que tener cierto éxito en el papel de ‘parásito’, como me gusta definir al crítico que vive de espaldas a la literatura”
En 1940, la familia Steiner, de origen vienés pero asentada en París, huyó hacia Nueva York poco antes de que los nazis invadieran la ciudad luz. George Steiner, uno de los miembros de esa familia, fue uno de los dos alumnos de su escuela francesa que sobrevivió al holocausto que vendría.
Cuatro años después, Steiner obtuvo la ciudadanía estadounidense. Como estudiante, asistió a la Sorbona (Universidad de París), a la Universidad de Chicago, a Harvard y a Oxford, antes de ingresar como articulista al periódico The Economist.
Tras entrevistar al físico teórico J. Robert Oppenheimer en el Instituto de Estudios Avanzados de Princeton, el joven Steiner consiguió un modesto empleo en esa universidad, donde permaneció dos años antes de lograr un cargo académico en Colegio Churchill de Cambridge, en el Reino Unido.
De acuerdo con el editor Robert McCrum, quien contrató a Steiner en el periódico británico The Observer, “Steiner fue una figura extraordinaria (…) y un artista excelente. Solía asistir a las conferencias que ofrecía en Cambridge, siempre llenas, con aplausos al final. Todos estábamos completamente a su merced. Sus actuaciones eran asombrosas”.
Y cómo no, si George Steiner estaba en el camino de convertirse en un portentoso crítico y ensayista literario, en el gran explorador del poder –pero también de las limitaciones— del lenguaje y la cultura a través de una serie de libros que fungieron como la luz de un faro para evitar que Occidente naufragara.
Steiner quien falleció el febrero 3, 2020 en su hogar de Cambridge, hablaba cuatro idiomas, publicó más de dos docenas de libros y era reconocido por su inconmensurable crítica literaria.
Pese a su gran equipaje cultural, Steiner tuvo un deseo vehemente que no vio cumplido. En “La entrevista póstuma de George Steiner: ‘Me faltó valor para crear’” (“El País”, febrero 4, 2020), el periodista Nuccio Ordine pregunta al gran crítico literario:
“En el ámbito personal, ¿qué errores ha cometido?”
“Esencialmente”, responde Steiner, “habría debido tener el valor de probarme en la literatura ‘creativa’. De joven escribí cuentos, y también versos. Pero no quise asumir el riesgo trascendente de experimentar algo nuevo en este ámbito, que me apasiona. Crítico, lector, erudito, profesor, son profesiones que amo profundamente y que vale la pena ejercer bien. Pero es completamente diferente a la gran aventura de la ‘creación’, de la poesía, de producir nuevas formas. Y, probablemente, es mejor fracasar en el intento de crear que tener cierto éxito en el papel de ‘parásito’, como me gusta definir al crítico que vive de espaldas a la literatura”.
(FOTO: Pinterest)